Tuesday, December 11, 2012


Comentario sobre la construcción de la
Tendencia Revolucionaria del Movimiento Nacional Y Popular

El documento, seguramente esta producido con mucho esfuerzo, por personas capacitadas, que han hecho un estudio profundo de las consecuencias del capitalismo, y sus efectos en las relaciones sociales. Es elogiable tratar de desentrañar la maraña del entramado social que producen las desigualdades.

Coincidimos en esa visión peronista, que el desarrollo del capitalismo descansa en la espalda y el sufrimiento de los pobres, agregamos que la acumulación, fuente de sustento del mismo, se produce en la clase privilegiada o dominante, como diría Villarreal.
El capitalismo es en su génesis, revolucionario, en contra del sistema Feudal, se quiere decir con esto que a cada proceso de dominación, se contrapone uno que viene a producir el cambio. El mismo es generado por las mismas clases dominantes disconformes con sus privilegios y las clases medias ilustradas, los pobres terminan acompañando, ya sea a un líder carismático o conjunto de ellos y es la que entrega la sangre  que corona el triunfo.
Esto explica por que Perón evita la guerra civil y deja el Proyecto Nacional inconcluso.

El peronismo es revolucionario, y eso ya nadie lo discute, podemos tener algunas diferencias de matices revolucionarias pero es indudable el cambio producido por los “dos mejores gobiernos populares”. Dolina
El peronismo es también conservador, porque debe sus raíces a otros procesos históricos sin los cuales no hubiera podido gestarse, un ejemplo son las leyes del primer gobierno popular, devenidas del socialismo expresado por el mejor Palacios.
Es también revolucionario por que sus bases están formadas por militantes juveniles, sus ideales están comprometidos con el trasvasamiento generacional.
La heterogeneidad del movimiento, es la que produce las contradicciones, pero que ideología no las tiene. El Marxismo esta basada en ellas. Lefebre. El marxismo

 La vanguardia ilustrada produjo una vez, por apresuramiento, el enfrentamiento, funcional a la contrarrevolución, por eso, “Ni apresurados ni retardatarios. Todo a su tiempo y armoniosamente”.
En lo que se refiere a lo dialéctico del devenir de las distintas corrientes, el peronismo es más aristotélico que platoniano, “No tirar todos los días un viejo por la ventana”. Perón
Vamos hacia el socialismo, por que el fundador del Movimiento lo vio. O talvez hacia algo superador, a lo Gegel, quien puede negarlo o afirmarlo. No estamos solos en este planeta, y las sociedades, y sus relaciones van mutando de acuerdo a la evolución del hombre y su lucha con la Naturaleza.

 Son momentos del devenir histórico, los lideres, los estadistas, los compañeros, no podemos modificar esa evolución, “Solo debemos ponerle una buena montura y cabalgar lo mejor posible en ella”.Peròn
En los diferentes procesos históricos que nos toco vivir no hemos tenido la mejor montura ni tampoco hemos elegido a los mejores jinetes, por eso debemos aprovechar al mango este momento, en el cual tenemos quizás a los mejores de los nuestros.
 Es difícil entender hasta cuanto podemos cambiar, cuanto más que Néstor tolera el “Poder”, es como no entender, hasta donde soportaba el Partido Militar los cambios del Plan Quinquenal. O no entender que el amor reciproco de Perón y las masas evito la guerra civil. Esa es la diferencia de movimiento peronista y vanguardia elitista.

El Capitalismo y el Comunismo deben ser superados por un sistema con Justicia Social, en donde los pobres tengamos derecho al acceso a la educación, formación profesional o aunque sea un desarrollo de la vida que queramos hacer en libertad.
El sistema capitalista,  da privilegios a algunos estamentos, no a los pobres. El comunista, por lo menos el que se vio, iguala sin libertad y es también privilegio elitista.
El globo esta evolucionando aceleradamente mediante la tecnología. Los cambios son tan rápidos que casi no se perciben, uno no se acostumbra a una tecnología que ya se crea una nueva.
Nadie puede presagiar lo que se viene. Solo algunos más visionarios como los K, de modo que habría que prevenirse buscando la mejor montura, y los mejores jinetes.
De estas nuevas tendencias dentro del peronismo, seguramente, surgirán los nuevos líderes que nos llevaran, hacia esos procesos revolucionarios superadores, esta en nosotros los mas viejos, visualizarlos, cuidarlos, acompañarlos en el devenir histórico. Si tuvimos un Perón, un Néstor, debemos tener uno igual o mejor, la sociedad no tolerara uno menor que ellos. También las chicas deberán superar a Evita y Kcristina.

Un abrazo perokirchnerista      
Hugo Gramajo

Sunday, September 09, 2012

Sunday, February 12, 2012

La búsqueda de la estrella

Por Sandra Russo

Recién el otro día, cuando murió Luis Alberto Spinetta, me di cuenta de que buena parte de mi generación, los que éramos pendejos en la dictadura, encontró en la dimensión spinettiana de la vida un refugio, un islote, un escondite. Porque hay un universo spinettiano adentro nuestro y algunas cosas existen sólo porque Spinetta las ha nombrado, y nos hemos comido esos nombres de flores, de piedras, de animales, de ánimas y luces interiores. Los hemos digerido y metabolizado, y para muchos nunca habrá una mejor manera de entender la compasión que la que él nombra en la “Plegaria para un Niño Dormido”.

Recién cuando volví a escuchar en ese continuado de aperturas y cierres de programas televisivos y radiales la música de Luis, me di cuenta de que cada una de ellas me mandaba a un momento preciso de mi propia biografía, como les pasó a miles. Pero además, mi propia biografía, como las de tantos, hubiera sido mucho más pobre de lírica si no hubiese sido por esos trances, por esos pliegues de esa otra dimensión de la existencia y de la realidad de la que él habló siempre. Su obra fue su aventura y su responsabilidad, su modo de estar entre los suyos y en este mundo.

En una de las pocas entrevistas que pasaron en la televisión –porque Spinetta nunca fue un videoartista, sino un artista a secas–, él, muy joven, decía que Sui Generis hacía una música con la que muchos pibes se identificaban, y que él no, que él buscaba un lenguaje. Y yo pensaba que muchos nos identificábamos, ya entonces, precisamente con eso, con la búsqueda de los lenguajes necesarios, los lenguajes que nos faltaban, los lenguajes de los que éramos sordos, mudos y analfabetos, porque lo mejor de nuestras humanidades juveniles permanecía adormecido y atenazado.

La obra de Spinetta es toda ella un camino indirecto, un camino sinuoso como lo que transmite, nada spinettiano es recto, nada es literal ni obsceno: sutilísimo, él nos habló de erotismo, de inocencia, de azabaches y jades, de diamantes, de duraznos que sangraban, de niñas que bailaban, de puentes amarillos. Nosotros en el secundario escuchábamos a Sui Generis. Y un día descubrí a Spinetta. El otro día me vino a la mente una imagen muy clara de antes de los veinte, mi amigo Richi y yo en un auto, el auto estacionado, yo poniendo un cassette de Invisible, haciéndoselo escuchar. “No lo entiendo”, me decía. “No importa”, le decía yo. “¿Pero qué son los tigres en la lluvia?”, preguntaba él. “Lo que veas”, le decía yo.

Un poco después lo conocí. El dueño de El Expreso Imaginario, a donde yo había llegado a través de una carta de lectores, era el manager de Luis Alberto en esa época, plena dictadura, 1979. La redacción quedaba en Cabildo y Teodoro García, y ahí se juntaba gente interesante. Para mí, pendeja y recién llegada de Quilmes, fue uno de esos momentos en la vida en los que a uno se le abren las compuertas de la mente y el corazón. Esos momentos era muy esquivos para los que éramos jóvenes entonces. Nos había tocado crecer en silencio, agazapados y acechados por tigres en la lluvia. El otro día, el día de su muerte, me di cuenta de que Luis Alberto y ese lenguaje que buscó locamente fueron una de las razones por las que muchos nos mantuvimos en uso de nuestras capacidades y no nos malogramos. Aquel primer fogonazo de rock nacional, que no por casualidad se gestó contemporáneamente al Cordobazo, fue lo que permaneció incomprendido por el poder y por eso mismo intocado mientras todo lo demás iba cayendo. Se prohibían libros, se prohibían discos, se prohibían letras. Pero la belleza era algo complicado de prohibir, porque hubo gente como Spinetta que podía hablarnos de lo bello sin que las bestias lo advirtieran. El fue el maestro de lo oblicuo. Por eso digo que Luis forma parte sustancial de un sentimiento colectivo, porque hubo una época en la que la belleza ética y estética, cuya conjunción siempre es política, fue el único sostén de resistencia. Y hablo de resistencias íntimas, de pactos con uno mismo. No hay segundo buen paso si ése no es el primero.

En 1980 se reunió Almendra después de diez años de separación, y tuve la suerte de ser la jefa de prensa de esa reunión, que incluyó varios Obras y una gira nacional. Otro tatuaje. La opresión se respiraba en el aire entrecortado de los estadios repletos de todo el país. Había tanta sed. En cada ciudad había que entregar las letras de las canciones del set, para que un censor local las revisara. En una de ellas, la palabra orgasmo era reemplazada por la palabra ocaso, para que no hubiera inconvenientes. Antes de la gira, hubo en Buenos Aires afiches callejeros para esa convocatoria. Merecen ser recordados. Decían: “Nos reunimos para cantar por una generación que falta”. Repito la fecha para poner en caja: 1980. Y en los estadios, después, fue inolvidable ver que había algo que nadie podía matar, algo que permanecía retobado, que eso que se quería exterminar se regeneraba, y que la falta de información no impedía buscar, buscar, buscar, porque había que vivir en la permanente actitud de buscar una luz o una salida.

Hay muchos temas de Spinetta que jamás me abandonaron ni abandoné. No son los clásicos temas que uno recuerda porque ese día se enamoró de alguien. Más bien, son canciones que evocan algo profundo de uno, algo constante y mutante al mismo tiempo: eso es la búsqueda, siempre. Un gran libro, una gran canción, una obra de arte puede desencajarnos, desestabilizarnos, movernos las ideas fijas, revelarnos, en fin, algo completamente nuevo. Me pasó de muy chica, escuchando “La búsqueda de la estrella”, la parte que dice “después de todo tú eres la única muralla. Si no te saltas, nunca darás un solo paso”. Lo escuché decenas de noches de diferentes épocas de mi vida, no es que esto pertenezca al pasado, no es que se trate de algo que se fue con la adolescencia, porque todavía hoy, cuando algún tigre me asalta en la lluvia, me doy fuerza cantando a Spinetta

Thursday, January 12, 2012

EL PAIS › OPINION

Un verdadero bochorno

Por Luis Bruschtein

Y de repente todos fuimos médicos, endocrinólogos y cirujanos y se dijo tiroidectomía y carcinoma como quien dice milanesa con papas fritas. El privilegio fantástico de los medios permite esas ilusiones, estimula eso de ser periodista o ser médico y hacer malabarismos de palabras y juegos políticos de nada por aquí y nada por allá.

Hubo periodistas sin título de médico que ejercieron como si: diagnosticaron que la operación de la Presidenta era una equivocación, que no tendrían que haberla operado. O que no tendría que haberse anunciado que tenía cáncer. Hubo médicos con título de periodistas que dijeron que la medicina argentina había hecho un papelón bochornoso. El bochorno lo hace un médico que no sabe que estos diagnósticos con ese margen del dos por ciento de duda son normales. El bochorno de un médico es no saber que un médico nunca le dirá al paciente que no tiene cáncer, solamente por ese dos por ciento de duda: festejará después con el paciente, si está dentro de ese dos por ciento que elude el diagnóstico.

Igual que con el cáncer, tanta poca sapiencia, tanta metida de pata con palabras técnicas puede ser casualidad en el dos por ciento cuando se habla del periodismo y los medios. En el 98 por ciento restante, se trata de interés por embarrar la cancha, por hacer una utilización política de la salud de otra persona, en este caso, de Cristina Kirchner.

El informe del Hospital Austral es preciso, concreto: pasó esto y se hizo aquello. Cada decisión que se tomó es la que se toma siempre en estos casos. Aquí y también en todo el mundo ante el que la medicina argentina habría hecho un papel “bochornoso”.

El motivo de esta falsa sospecha mediática es bartolero. Pudo ser hacer creer en una operación para victimizar a la Presidenta. Pudo ser la idea de transmitir una imagen de caos, de descuidos y desprolijidades: “Si son así con la salud de sus dirigentes, imagínese usted, señora, cómo serán en otras cuestiones”. Sea el motivo que haya sido, en política y en el periodismo, la utilización política de la salud de una persona se considera un golpe bajo, un recurso vulgar.

Y, al final, la Presidenta no tenía cáncer. No es bueno enojarse por ese motivo. Hace mal a la salud. El Hospital Austral dice que fue operada porque así lo requería su enfermedad, ya fuera maligna o benigna. En realidad todo pasó como se contó. Con sorpresas, buenas, pero sin misterios, sin conspiración. No hubo nada de lo que se sugirió en jerga médico-mediática. Ya no se sabe si de los medios se espera la verdad o el show pero, en todo caso, la mezcla de política, salud y show termina por revertirse en contra de quienes la utilizan si queda tan expuesta como ahora.

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